Posted by blessedchile On 12:09 No comments

VINOS LAS NIÑAS




 
Una familia arraigada al mundo vitivinícola llegó a Chile desde Francia para quedarse con una de las fincas del Valle de Colchagua. La magia del vino empapó sus tierras, creando así un patrimonio cada vez más prometedor. Diariamente, el rojo de la uva se une con la pasión de cada una de las mujeres que comandan el lugar. Tal como dice su nombre, “Las Niñas” es una viña donde ellas dirigen el buque.
Corría el año 1996 y a la familia Dauré de Francia se le había ocurrido una idea. Fue entonces cuando Sabine y Bernard Dauré viajaron a Chile con la fijación de buscar tierras para crear una viña, intentando diversificar su tradición francesa.

Un muy buen amigo de ellos les había contado que los mejores lugares para este tipo de negocios eran Estados Unidos y Chile. Ellos se quedaron con la segunda opción. Así, dos años después de su primera visita se concretaron las cosas. Se pusieron en contacto con Laurence Real, enóloga y viticultora francesa que reside en Chile hace 15 años. Aunque con calma, el trato fue concreto, y al poco tiempo, el sueño se hizo realidad. Fue así como nació Viña “Las Niñas”, situada en la localidad de Apalta en el Valle de Colchagua. “A la familia Dauré le encantó Chile por su cultura, pues le recordó muchísimo su casa y, además, le gustó la gente de aquí. Hubo una corazonada entre ellos y Chile”, comenta Laurence Real, gerente general de la empresa en Chile.

La sociedad propietaria la conforma un grupo de tres familias amigas. La familia Cayard tiene un 27% de las acciones, los Florenza tienen un 26 y la familia Dauré, un 47. Los últimos distribuyen la marca “Aroma”, “Las Niñas” y “Tacón Alto”, que son los tres vinos que ofrece la viña. Bernard Dauré es el presidente de la sociedad en Francia y su señora Savine participó en su creación.

Esta inmensa inversión se hizo pensando en el futuro, con la idea que dure unos 150 años más. Durante el proceso, han participado tres generaciones y casi todas mujeres. La feminidad se palpa en cada uno de sus vinos y en cada una de sus etiquetas. Aunque parezca broma, los hijos y los nietos del clan fundador son en su gran mayoría mujeres, además de las personas anexas como Laurence, quien dirige la viña en Apalta. “Después de 10 años de su creación, estamos en casi la tercera generación que comenzó a meterse en el negocio, donde cada vez hay más mujeres. En la segunda había 80% de mujeres y 20 de hombres. Algunas son dueñas, otras lo van a ser en un futuro. Algunas ven la parte comercial, pero en general son personas del mundo del vino que ya tenían experiencia en el tema. Es un concepto familiar donde está la herencia de sus abuelos, que es lo que marca el estilo de la viña”, comenta la misma.

Aunque no se manifieste en el manejo cotidiano de la bodega, hay una impronta de cada una de las mujeres que participan. No todas las mujeres de la viña tienen un rol específico –con excepción de Estelle Dauré, hija de Sabine, y Bernard que se encarga del marketing–, sin embargo, existe verdaderamente una influencia femenina.
Esta viña se caracteriza por tener un sello diferente. Además de ser las mujeres las que comandan el negocio, la forma de manejar el trabajo también es distinta. Ellas se preocupan de mantener el “terroir” del ambiente, que es el conjunto de condiciones que entrega el suelo y del microclima del lugar. Este es el que da las características de la uva. “Intentamos trabajar la uva sin riego, porque Apalta es una zona privilegiada donde se producen los mejores vinos de Chile. Este suelo es uno de los pocos lugares que tiene subsuelo, tiene un perfil bastante complejo, lo cual permite a la viña poder desarrollarse sin agua. Es por esto que intentamos jugarle la carta al ‘terroir’. El manejo se trata de hacer lo más cercano posible a lo que nos entrega la naturaleza, interviniendo lo menos que se pueda”, explica Laurence.

En la viña se trabajan todos los cepajes que existen en Chile, como el Cabernet, Merlot, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Carménère, Sirah y Mouveda. El año pasado comenzaron a venderse en puntos específicos como “La Vinoteca”. La línea de vinos de la viña no son productos enfocados al público chileno, con excepción de los “Aroma”.

“El publico chileno está aprendiendo de vino, se guía mucho por lo que lee, entonces vale mucho participar en los premios y nosotros no lo hacemos. Hago más de un millón cien mil botellas y en Chile se reparten sólo 20 mil. Este país es importante porque es la base de operaciones y tiene que existir, pero no representa algo muy grande de nuestras ventas”, explica Real. “El fuerte de las ventas es en Europa y empezamos este año a vender en Estados Unidos”, agrega.

Respecto del secreto que las hace vender más, Laurence no duda en responder que la originalidad es un factor importante, además del buen precio. De sus tres marcas, el vino “Aroma” es el que más se vende, con un total de 800 mil botellas. No obstante, la línea reserva está tomando su lugar de a poco.

La mujer y los vinos
La mano de la mujer se palpa en cada uno de los vinos de esta viña. Su influencia es muy grande, sobre todo en la línea “Aroma”. Es ahí donde el marketing prevaleció. Su carácter lúdico lo hace más suave y más cercano a cualquier persona, aunque no sea entendida en vinos. “Era una gran oportunidad para hacer un vino varietal y jugar con los aromas. Y eso era una entretención. Era tomar el cuento del vino con menos seriedad y poder acercarlo a un público más joven o a uno de todo tipo. Es una idea de mujer entretenida y fue genial”, explica la especialista. Además, cuenta que trabajaron la vinificación para poder resaltar el aroma de la fruta. “El aroma que le damos es una pista para el consumidor con la que pueda entretenerse. Es una manera de acercar a la gente al vino como un juego, para que aprenda. Que sea un vino para tomar todos los días. El más exitoso es el Cabernet con fragancia pimentón, que además es el más antiguo. Vendemos 400 mil botellas, sobre todo en Europa”, agrega.

Donde también se visualiza a la mujer es en el producto “Las Niñas”. En este Reserva, más elaborado, se introduce un nuevo concepto: el vino es un producto que envejece, al igual que las integrantes de la familia. “Nosotras estamos en las etiquetas y cada tres años cambian la foto porque vamos poniéndonos viejas. Las mayores van a salir algún día y las más jóvenes –que hoy no están– aparecerán en unos años. Ese es el concepto, algo generacional”, comenta Real.

El otro es el “Tacón Alto”, el Premium. En él hay una doble historia. La más familiar está centrada en lo femenino. Por eso su envase es una caja de zapatos. Además, tiene una connotación sexual, por aludir a los pies. La segunda historia es que uno de los socios de la familia Dauré, tiene un vino Premium en Francia llamado “Tacón Rojo”. En la época de Luis XIV, el Tacón Rojo era el apodo de los más nobles. Los príncipes usaban tacón rojo para estar a la altura del rey. “Entonces el Premium se llama así porque es un vino que sobresale del resto”, concluye la enóloga.



DISPONIBILIDAD


  • Full Day
  • Todos los días del año
  • Duración del Tour: 11 horas aproximadamente

INCLUYE
  • Guía bilingúe
  • Transporte privado, Santiago - Viña Anakena - Santiago.
  • Botella de agua mineral
  • Un día maravilloso


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